en medio del abrazo
sus venas dilatadas,
su cartera se cayó
tocando el charco
de agua turbia.
sin darnos cuenta,
nos despedimos
y dormimos
la mañana siguiente
vi la cartera
y la recogí
ella volvió
y recogiéndola,
me tiró un beso con la mano
cual fuera una bola
de béisbol o
piedra.
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