y camina en
dirección contraria.
deseando que el piso
se hundiera
y se juntaran una vez más
por amor, magnetismo
o providencia.
el mismo deseo cargan los dos
y cómo quisieran
que el otro supiera.
el paso ensordece este conocimiento,
y cada paso que dan,
son dos más lejos.
el piso quieto.
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